Fecha de publicacion: 30 de octubre de 2025

Sudeaseg aborda en sus Charlas Formativas el futuro del sector: la gestión profesional del siniestro frente a la desprofesionalización y la transformación digital.

La gestión integral y profesional del siniestro, sustentada en los roles complementarios del inspector de riesgo, el perito y el ajustador de pérdidas, es un pilar fundamental para la sostenibilidad y credibilidad del sector asegurador. Así lo expuso el Ing. Víctor Peña, profesional con cuatro décadas de experiencia en el área de los seguros, durante su ponencia “Inspecciones, peritajes y ajustes de pérdidas: La gestión integral del siniestro”, celebrada en el auditorio Luis Enrique Salcedo Trejo de la Superintendencia de la Actividad Aseguradora.

En el marco de las Charlas Formativas de la Sudeaseg, Peña desglosó el ciclo de vida de una póliza de seguro, enfatizando que la solvencia técnica de las compañías depende en gran medida del trabajo riguroso de estos tres profesionales. Su intervención combinó principios técnicos inmutables con una crítica constructiva a las prácticas actuales y una mirada al futuro digital del sector.

Los tres pilares de la gestión del riesgo y el siniestro

El Ing. Peña definió las funciones específicas de cada eslabón en la cadena de valor. El Inspector de Riesgo, denominado “los ojos de la compañía”, actúa antes de la emisión de la póliza para evaluar físicamente el bien o propiedad, identificar amenazas potenciales y recomendar medidas de mitigación. “Un suscriptor en la oficina no puede captar los factores intrínsecos de un riesgo sin una inspección física”, afirmó el ponente, quien alertó que la emisión de pólizas sin inspección previa crea “bombas de tiempo” para la estabilidad actuarial de las aseguradoras.

Una vez ocurrido el siniestro, interviene el Perito, un profesional técnico que investiga las causas, evalúa la magnitud técnica de los daños y determina si el evento está cubierto por la póliza. Peña destacó la importancia de su labor objetiva y señaló fenómenos del mercado, como la tendencia en siniestros automotrices a reportar vehículos “estacionados” para agilizar procesos, lo que, a su juicio, “fomenta la deshonestidad”.

Posteriormente, el Ajustador de Pérdidas gestiona y negocia la liquidación de la reclamación basándose en el informe pericial y las condiciones de la póliza. El Ing. Peña fue enfático al aclarar que, aunque es designado por la aseguradora, “su trabajo debe ser objetivo e imparcial”. Subrayó que la determinación final de la cobertura es una atribución exclusiva de la compañía de seguros, no del ajustador.

Alertas sobre la desprofesionalización y la ética en el sector

Durante su exposición, el experto manifestó una “profunda preocupación” por una práctica irregular que está ganando terreno: la asignación de funciones de ajuste e inspección a personal interno de las aseguradoras que carece de la certificación legal requerida. “Esta práctica es ilegal y sumamente delicada. Cada especialidad requiere de un profesional certificado con conocimientos específicos”, denunció Peña, quien representa a un gremio de más de 100 profesionales externos certificados ante la Sudeaseg.

Recalcó que la urgencia o la conveniencia económica no justifican enviar a un inspector de riesgos general a realizar una tasación para la cual no está técnicamente capacitado, lo que deriva en informes deficientes. “Mientras nosotros cumplimos anualmente con los requisitos de actualización y certificación, las aseguradoras incurren en esta ilegalidad para reducir costos, perjudicando al mercado”, afirmó.

Asimismo, abordó la importancia de la ética profesional, ilustrándola con un caso histórico donde el pago de una reclamación sin sustento técnico por lucro cesante generó una jurisprudencia negativa que limitó durante años la capacidad de reaseguro internacional para Venezuela. “Este caso subraya la importancia de la ética y la integridad del ajustador. Si su trabajo es sólido y objetivo, llegará a la misma conclusión que otro profesional independiente”, sentenció.

La transformación digital: retos y oportunidades

El Ing. Peña dedicó un segmento final a la disrupción tecnológica, reconociendo que la Inteligencia Artificial (IA) ya se utiliza para gestionar reclamaciones estandarizadas en algunos sectores, presagiando un cambio profundo. No obstante, se mostró confiado en que la IA “no podrá reemplazar completamente el criterio subjetivo y la experiencia” en el análisis complejo de siniestros o la inspección de riesgos.

Entre las aplicaciones prácticas, destacó el uso de drones para videoperitajes en zonas de difícil acceso o tras desastres naturales, como ocurre con el auge de los seguros paramétricos en el ámbito agrícola, que utilizan satélites para activar indemnizaciones automáticas basadas en índices objetivos climáticos, sin necesidad de una inspección física.

Adaptarse sin perder la esencia

Para finalizar, el Ing. Víctor Peña concluyó que, si bien la tecnología está transformando la celebración, comercialización y liquidación de los seguros, el esqueleto básico de la profesión permanece. “El futuro exige que nos montemos en la ola de la tecnología, manteniendo al mismo tiempo los principios éticos y la experiencia que definen nuestra profesión”, afirmó. Ignorar la transformación digital, así como subestimar el valor de una gestión profesional del riesgo y el siniestro, representa un riesgo mayúsculo para la estabilidad y el futuro del sector.

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